Es un recorrido cultural y no mero espectáculo
La visita a la Misión de Trinidad como resultado de la valorización con la realización de “Luz y Sonido” se entiende como un recorrido cultural que cuenta la vida de los guaraníes y los Jesuitas que han transcurrido en esos lugares. El encuentro de dos civilizaciones portadoras ambas de grandes verdades. Por lo tanto “Luz y Sonido” no es un espectáculo, sino un medio cultural para la comprensión del tiempo de los guaraníes y para poder tomar la “energía mágica” de los mismos.
La visita comienza con una breve pista documental que lleva al público, en poco tiempo, a estar informado de los lugares, estudiada y compuesta por el Padre Bartomeu Meliá.
El grupo de visitantes se reúne en el externo del ingreso principal en la oscuridad, desde aquí se comienza a percibir los efectos luminosos dados por el resplandor de las luces, colocadas en el interior de las casas de los guaraníes, los sonidos son la expresión de lo que ocurría durante la preparación de los alimentos, servicios que se tocaban, que chocan con los platos. La oración de la noche, la mamá que canta la canción de cuna a los niños.
El grupo avanza hacia la plaza grande con tendencia a voltear en dirección de las casas a izquierda, los sonidos son de naturaleza, vientos, pájaros, lluvia, la música del sueño, de los sueños, de la serenidad.
El grupo está en la plaza sobre la parte izquierda de las casas
Al amanecer las casas iluminadas, los sonidos son característicos de la mañana, la preparación de los instrumentos de trabajo, música de la familia que se reúne para tomar el desayuno.
Es el momento del encuentro entre los Guaraníes y los Jesuitas y esto sucede con las luces colocadas en el prado que tienen muchas configuraciones. La música se convierte en el protagonista principal.
Los visitantes observan la plaza grande y las casas siempre iluminadas. La música entra en la parte de mayor intensidad.
El público entra en la iglesia mayor, es el momento de la oración de la mañana, se ilumina el recorrido de la nave central, la pila bautismal, el púlpito, las paredes del altar, la cripta.
En la Iglesia se proyectan sobre las paredes de las capillas laterales imágenes de la naturaleza con particular referencia al agua, vuelo de pájaros, e imágenes de algunas pinturas de la capilla Sixtina. Son reproducidos los sonidos de las cascadas, de las tormentas, el canto de los pájaros.
El público sale de la Iglesia y ocupa el espacio del Claustro, el árbol central Iluminado y los laboratorios, las paredes del lado de la iglesia. La música dirige a los visitantes hacia la parte final de la visita que se lleva a cabo cruzando la salida de los laboratorios orientándose hacia la Torre del Campanario. En esta fase se oye el sonido de las campanas.
La Torre Iluminada del Campanario, la Iglesia Menor en relación a las columnas externas y a las vigas. Es el momento “Luz Encontrada”, de la intimidad y de la identidad del Pueblo.
Música despedida. El público atraviesa las casas, entra a la plaza grande envuelta del conjunto de todas las luces y de la intensidad de la música, esta fase dura hasta que todos hayan salido de la Misión.
Ubicación
Trinidad se emplaza en una colina a 28 Km. al noreste de Encarnación, en el Departamento de Itapúa, República del Paraguay.
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