COMPETENCIA ELECTORAL Y BATALLA CULTURAL
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de abril de 2015.- La década kirchnerista (robada, desaprovechada, llamala como quieras) tiene en su haber la “batalla cultural”: el aparato estatal y la prensa militante al servicio del gobierno de turno, en nombre de una épica engreída, la diatriba fácil, la cadena nacional permanente, es decir, una monumental propaganda con fondos públicos que exagera aciertos, niega errores y posterga promesas. Todos los regímenes autoritarios hacen de la propaganda su estilo de permanencia en el poder. De ese modo, el relato construido por el poder (sí, ellos son el poder porque han cooptado el Estado para su exclusivo beneficio) perfora el cuerpo social y le inocula su mensaje, desalentador a veces; optimista, en otras oportunidades. Pero siempre manipulando, la razón de ser del populismo saqueador.Nos interesa separar la propaganda –el relato oficial- de los resultados cotidianos que esa misma propaganda consigue. Por ejemplo, nos preocupa la naturalización de hechos aberrantes. Hay sectores, individuos, grupos, que suelen rendirse ante el relato. Tanto machacan con consignas y eslóganes que terminan imponiéndolos. No subestimamos la capacidad crítica de la sociedad, solo hacemos hincapié en las debilidades de muchos ciudadanos que ante su famélica disposición al debate, bajan la guardia. Estemos alertas.
El relato oficial va por todo en el último tramo del gobierno que se despide definitivamente el próximo 10 de diciembre. La maquinaria propagandística conformada por opinólogos, encuestadores y profesionales orgánicostrabaja a destajo para disimular las derrotas y exagerar los triunfos parciales. El domingo 12 de abril, la victoria de Urtubey en Salta dio a entender –por la cobertura oficialista desplegada- que los resultados de octubre eran irreversibles y a favor del kirchnerismo. Una semana después, las derrotas kirchneristas en Mendoza y Santa Fe, fueron comunicadas como “excelentes resultados”. Así, el kirchnerismo queda –según el relato-en inmejorables condiciones de ganar en las próximas elecciones generales. Esto es estrategia comunicacional. Si es efectiva o no depende de la sociedad y de quienes competimos para ganar legítimamente en las urnas y en el debate.
Sin dudas, el enemigo para el kirchnerismo sigue siendo el cambio auténtico: Mauricio Macri, el PRO y la convergencia republicana (UCR y CC). Debemos estar preparados y responder cada ataque mentiroso con una respuesta razonable. Nada de caer en el juego verbal violento y descalificador propio de ellos. Nada de rendirse ante datos falsos, campañas de acción psicológica y demás herramientas propagandísticas que buscan horadar la integridad y la fe de los protagonistas del cambio auténtico.
Prevalecerá nuestra fortaleza ética y nuestra convicción de que la Argentina necesita un cambio y que ese cambio es posible con Mauricio Macri. Ellos están convencidos de que lograron inocular el veneno ideológico en una generación proclive a recibir mensajes fantasiosos. Creen que la sociedad está rendida a sus pies. Se proclaman la izquierda progresista y acusan a la oposición de representar el pasado, la derecha noventista. Se equivocan: la historia nunca se repite. El mundo va para adelante. Los que retroceden son ellos, envueltos en antiguas concepciones y discursos que propalan olor a naftalina.
Nosotros estamos convencidos de que la realidad es el principal combustible del cambio. Nada es superior a la realidad cuando con alevosía el poder intenta tergiversarla. Ahí está el INDEC, el déficit fiscal, la inflación, el narcotráfico, la pobreza, las mafias, el clientelismo, las economías regionales destruidas, la mediocridad educativa, la corrupción… La lista es extensa. El futuro depende de nosotros. Tenemos equipo de gestión, sabemos lo que hace falta y cómo hacerlo. A no dudarlo: jamás en 32 años de democracia el cambio estuvo tan cerca. Aprovechemos esta oportunidad que nos da la vida. El cambio es vida.
Demián ABBOTT – José “Chavo” RAMELLO
LA SOLANO LIMA
lasolanolimapro.org
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